miércoles, 7 de junio de 2017

Las Dimensiones 3ª Parte

 
4ª DIMENSIÓN

La Cuarta dimensión es la frecuencia donde regresamos a la consciencia de integración grupal, sin pérdida de la individualidad. Esta frecuencia ha sido llamada zona arquetipal o subconsciente colectivo.




          
En esta dimensión percibimos el tiempo en oleadas cíclicas o en forma de espiral.
Existe en un campo cuántico donde se presentan simultáneamente todas las alternativas y posibilidades. Es la frecuencia de la sincronicidad, la empatía y la telepatía. Es la última dimensión donde experimentamos con el cuerpo físico como vehículo de aprendizaje. En esta frecuencia percibimos la multidimensionalidad y nos damos cuenta de nuestra responsabilidad, al hacemos consciente que cada una de nuestras acciones afecta al todo. 
        
En estos momentos nos encontramos despertando a la consciencia de cuarta dimensión y la sentimos sobrepuesta sobre la tercera, por eso a nivel humano estamos pasando por la necesidad de compartir con grupos, revisar nuestras relaciones, buscar sanación y crecimiento con terapias. También es la causa del desmoronamiento de estructuras físicas, económicas y políticas por mucho tiempo establecidas, que ya no se corresponden con esta nueva vibración. Y cada vez vamos a ver más cambios a todos los niveles de aquello que no se corresponda con la nueva energía.
El cambio dimensional es a todas las escalas, no solo lo estamos experimentando los seres humanos sino también la Madre Tierra y a una escala mayor toda la galaxia. El cambio dimensional no sucede de un día para otro sino por capas paulatinas de consciencia. Una vez que estemos alerta en la cuarta dimensión se abrirán suavemente las puertas a quinta y sexta. Aceptar la consciencia de cuarta dimensión es lo que se ha llamado el salto cuántico y es el paso más difícil del cambio dimensional ya que este implica un profundo cambio de creencias. La cuarta dimensión es el portal hacia la consciencia colectiva que se reconoce a si misma como Unidad.
 
Las "reglas" de la conciencia de 4ª dimensión proporcionan una mayor sensación de facilidad, posibilidad y capacidad que las estructuras de la 3ª dimensión.
El tiempo en 4D, por ejemplo, es siempre tiempo presente. El enfoque sólo está
siempre en este momento, lo que está sucediendo ahora mismo. Nuestros cuerpos ya conocen sólo este tiempo presente. Y conscientemente, en nuestra alineación natural en la 4ª dimensión, funcionamos absolutamente en este "Ahora" de la consciencia y atención del tiempo presente.

Cuando nuestro punto de atención se convierte en consciencia de tiempo presente, la elección vuelve a ser posible. Podemos observar cualquier evento con un sentido de desapego, y desde esa plataforma quieta y despejada, somos entonces, y sólo entonces, libres de elegir nuestra respuesta. En la 4ª dimensión somos capaces de responder.



Así pues, a medida que nos adentramos en la consciencia 4D en tiempo presente, con el poder de elección y la capacidad de respuesta. La capacidad de alterar el juego para realzar nuestra felicidad y bienestar se vuelve real.

Curiosamente, la consciencia 4D no será una opción a largo plazo después de que el cambio despeje las rígidas estructuras de la conciencia 3D. Esto significa que la 4ª dimensión está sirviendo de trampolín o plataforma vibratoria desde la cual todos pasaremos a la consciencia de 5ª dimensión que es nuestra meta colectiva.

 Pero aunque la 5ª dimensión es la meta, la experiencia de la 4ª dimensión es
esencial. No podemos entrar a la 5D directamente. Todo el equipaje
mental y emocional de la 3ª dimensión se debe dejar a la puerta de la 4ª
dimensión, y sólo podemos entrar en la 5ª dimensión después de convertirnos en maestros de nuestros actos, pensamientos y sentimientos, de nosotros mismos, en la 4ª dimensión.


 4D es el “ahora” del tiempo presente, y cuando pienses algo, eso es lo que manifestarás de forma inmediata. La gran mayoría de la gente simplemente, no está preparada para ser responsable de cada pensamiento, emoción y acción suya, a cada momento. Pero no hay opción. Es una habilidad básica necesaria de la consciencia 4D y 5D.
En lugar de enfocarnos en lo que queremos, y permitir que esto se desarrolle, escupimos ira, frustración, aburrimiento, preocupación, ansiedad, culpa, miedo, buscamos culpables. Todo tipo de pensamientos y sentimientos de baja vibración. Nos comportamos como si pudiéramos pensar y sentir cualquier cosa con total impunidad porque no “vemos”, (no tienes consciencia de ello), los resultados inmediatos de nuestro pensamiento.


Pero cuando el tiempo lineal, 3D, ha colapsado en un solo punto del
tiempo presente, (crisis de identidad), el margen de tiempo está colapsando también. Tenemos menos oportunidades para practicar, para ser conscientes de nuestros hábitos mentales y emocionales, antes de que lo que pensemos sea lo que recibamos.

La cuarta dimensión es también conocida como plano astral, y la consciencia de esta dimensión es el Cuerpo Astral, que también se conoce como el "humano superior". Debido al salto en la vibración de tercera a la cuarta dimensión, el cuerpo astral es de una vibración más elevada, conocida como etérica y la percepción de cuarta dimensión del pasado, presente y el futuro es más fluída, como lo son las leyes del tiempo y el espacio. 

En la cuarta dimensión, podemos reintegrar nuestra identidad de grupo sin la pérdida de nuestro ego personal, ya que es la última vibración en donde se utilizan vehículos físicos para contener la consciencia individual.



Sin embargo, debido a la naturaleza fluída del tiempo y el espacio, nuestras formas astrales naturalmente cambian. Por lo tanto, hay una gran variabilidad de la forma.


        Gran parte de nuestra vida tridimensional también existe en la cuarta dimensión, en un formato de vibración más alta, pero no somos conscientes de ello, debido a que la realidad no está en sintonía con nuestro tiempo y espacio físico. Podemos tener un sueño de toda una vida y despertarnos para encontrar que han pasado sólo cinco minutos de nuestro tiempo físico.

Nuestra realidad astral, así como las otras encarnaciones físicas, no son perceptibles a nuestra tercera dimensión a menos que hayamos adquirido consciencia multidimensional. 

 Podemos expandir nuestra consciencia de la tercera dimensión a la cuarta dimensión alcanzando un conocimiento del funcionamiento interno de nuestro cuerpo físico; a través de la meditación, la atención concentrada, al recordar nuestros sueños, y tener experiencias intensas de pasión, emoción, creatividad, y/o espiritualidad. 
El Plano Astral es el reino de la vida onírica. Cuando estamos "dormidos", somos inconscientes en la tercera dimensión, pero somos conscientes en la cuarta dimensión. 

Nuestro Cuerpo Astral de cuarta dimensión posee imaginación, capacidad psíquica, intuición, magia y creatividad. A medida que expandimos nuestra mente a la frecuencia de la cuarta dimensión, podemos experimentar más y más de estas cualidades, mientras estamos en nuestra forma física. 

Algunas personas nacen con una conexión innata con su propio yo de la cuarta dimensión y deben trabajar para anclar su consciencia en un tercer mundo tridimensional que a menudo se siente extraño y hostil.
 
Otros nacen sin esta conexión, y por lo general se sienten más cómodos y "en casa" en el paradigma tridimensional. Estas personas a menudo se sienten aislados de las porciones dimensionales más altas de sí mismos y no pueden ni creer que existen.
 
Sin embargo, nuestro cuerpo astral existe y su vibración más alta es nuestro Guía. Al igual que una persona sobre la cima de una montaña puede observar y guiar a los residentes del valle, nuestro yo superior astral nos puede observar en la tercera dimensión y darnos orientación. A través de la percepción más amplia de nuestro yo de cuarta dimensión podemos crear grandes cambios en nuestro mundo físico. 
Sin embargo, la cuarta dimensión aún tiene la polarización de luz y oscuridad, y este reino no es necesariamente más amoroso, especialmente en los subplanos inferiores.


Sobre la cuarta dimensión, el pensamiento y los sentimientos crean la realidad mucho más rápido que en la tercera dimensión, y el miedo puede crear maldad tan fácilmente como el amor puede crear belleza y alegría.
 




SUBPLANOS DE LA CUARTA DIMENSIÓN
Hay diferentes planos, que son incrementos de frecuencia a los que podemos acceder expandiendo nuestra consciencia, son como escalones.
 
El Plano Astral Inferior o Bajo Astral: sostiene las emanaciones invisibles de todo el miedo y la negatividad que se proyecta en él desde el plano físico de 3D. Es donde residen los miedos, las inseguridades y los monstruos que creamos. Asi que no es una experiencia agradable. Superar este subplano implica aprender a dominar el lado oscuro, es decir, el miedo y las emociones negativas.
El Plano Astral Superior es lo que encontraramos a continuación si seguimos elevando nuestra vibración. Aquí aprendemos el manejo de todas nuestras emociones, no sólo las negativas como es el caso anterior, sino de todas las emociones que nos afectan.

Desde ahí, podemos alcanzar el Plano Mental para aprender el dominio de nuestros pensamientos. Aprender cuales son nuestros patrones de pensamiento y cómo crea nuestra mente.
 
En el Plano Causal, también conocido como el Plano Mental Superior, podemos conocer la causa y el efecto de cómo los pensamientos y emociones crean nuestro mundo.  

 Una metáfora de esto sería navegar en el mar. Somos el barco, el mar es el Plano Astral, nuestros pensamientos son la vela y el timón, y el viento se corresponde con nuestras emociones. Si nuestras emociones están llenas de temor y son tumultuosas tendremos un viaje muy desagradable.

Los cuerpos sutiles



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