martes, 7 de abril de 2020

 El patrón kármico




Te ha pasado alguna vez que vives la misma situación una y otra vez, con diferentes personas en diferentes escenarios pero de igual manera la historia se repite.
Tu pareja te es infiel y cuando estás con otra pareja la historia vuelve a repetirse... Tu jefe es un tirano y cuando cambias de jefe, tu nuevo jefe se convierte en otro tirano... Como en bucle, atrapad@ en un círculo que se repite. 
Eso es karma pero sabes cómo salir de ese bucle, cómo liberar ese karma. Te daré algunas claves.

 El karma no es destino. No te pasan esas cosas porque hayas sido mala persona en otra vida y te lo merezcas. Como fuiste infiel ahora todas tus parejas lo son y cómo fuiste un tirano ahora toda autoridad actúa con tiranía hacia ti. Pues debes saber que cometer errores, ser infiel o comportarse como un tirano, no implica necesariamente un castigo ya que hay posibilidad de cambio. 
Entendamos el karma como una energía que podemos potenciar o transformar, ya que las acciones del presente están en nuestras manos. Por tanto el karma no es destino, karma es energía. Y el destino no está escrito porque está en nuestras manos. 
Otra cuestión es el sufrimiento que éstas situaciones repetitivas nos hacen sentir. Pero hay que entender que el sufrimiento existe porque existe el ego o apego. El fin de la repetición llega cuando se erradica el sufrimiento, ésa es la clave.
Entonces para dejar de repetir esas situaciones hay que acabar con el sufrimiento derivado de ellas. Y observar ciertas actitudes que nos llevan a la repetición del bucle o patrón.


Presencia

 Deja de vivir en el pasado. Lamentarse de lo ocurrido sólo produce sufrimiento. 
Lo importante es lo que está sucediendo ahora mismo en tu vida. 
Seguir anclado en acciones del pasado no te dejará avanzar, eso sólo puede traerte consecuencias negativas. Una cosa es que aprendas de los errores del pasado y otra muy distinta es que quieras cambiar o te recrees en ese pasado. No puedes quedarte atrapado en lo que pudo haber sido y no fue o en cómo serían las cosas si hubieras actuado de otra forma. Las cosas son y en este caso fueron. Aprende de aquello, pero vive tu presente. Ya que es en el presente donde generas karma. 


Generosidad

 Todo está conectado en el universo, hasta lo más insignificante. Así que toda acción que realices por muy pequeña que sea conlleva una consecuencia. Por tanto, tus acciones deben guiarse, no en tu propio beneficio personal, sino en el beneficio universal. Tus acciones siempre deben comprender si eso es lo mejor para todos o es lo mejor para ti.

Humildad

 No te creas superior al resto porque no lo eres. Acepta que estás a la misma altura que los demás y que todos somos iguales. Si te niegas a aceptar algo, eso algo, estará siempre presente en tu vida, es decir, nunca se irá.
Si te niegas a aceptar que lo que es, "ES". Es esa negación la causa que hace que ese algo se repita en tu vida. Todo aquello que niegas te influye negativamente. La virtud de aprender y crecer espiritualmente llega con la humildad de aceptarnos y de no rechazar a los demás.
Mientras no aceptemos nuestra realidad y a nosotros mismos, ésta situación no cambiará, porque queremos un cambio sin entender nuestra situación. Sin entendimiento o aprendizaje no hay cambio, ya que es el aprendizaje lo que nos permite el crecimiento.


Creación 

Tenemos la posibilidad de crear aquello que queremos que nos rodee y que forme parte de nuestro entorno. Es imprescindible que participes en la creación, que crees cosas nuevas para ti y para los demás. Las cosas que creemos, que son las mismas que creamos, son las cosas que debemos poner en práctica. Pero no podemos cambiar la realidad que experimentamos tomando las mismas decisiones y actuando de la misma manera. Es decir, tenemos que creer, crear, pensar, decidir y actuar de una forma nueva, para poder crear esas cosas nuevas.

Coherencia


Este punto está muy relacionado con el anterior. Para poder crear esas cosas nuevas debes ser coherente. Es decir, no puedes vivir en un mundo ideal y actuar de acuerdo al mundo real. La energía te pide coherencia. Sin ella seguirás repitiendo patrones.
Si crees que las cosas deben ser de cierta forma, actúa de acuerdo a ese pensamiento. Tus actos deben ser coherentes con tus pensamientos, porque de lo contrario, la historia se repetirá una y otra vez a menos que la cambies.

Paciencia


Para conseguir alcanzar un cierto aprendizaje o crecimiento se necesita hacer un esfuerzo inicial. Después de este esfuerzo, llega la espera y para ello debes tener paciencia.
 No es sólo el esfuerzo físico o mental, también debe estar en concordancia con nuestro espíritu para que el cambio se opere.
Todo tiene un tiempo de evolución que hay que respetar. Los movimientos iniciados en el pasado deben agotarse. Esa es la paciencia necesaria para ver cambios. 
Todo proceso conlleva tiempo. Igual que a tu cuerpo físico le ha llevado años llegar a ser adulto, a todo cambio también le lleva un proceso de maduración para manifestarse. Y a nuestra mente le lleva tiempo cambiar de hábito y a nuestro espíritu también le lleva tiempo integrar nuevos aprendizajes.

Intención

Al examinar una situación, persona, experiencia... Inmediatamente en tu mente se produce un juicio, te resulta  agradable, desagradable o neutro. Al percibirlo de cierta manera vas a pensar en concordancia a la sensación que te provoca. Y ese pensamiento te llevará a actuar en consecuencia. 

Si la acción se origina por apego, egoísmo, aversión ignorancia, la causa que le dio origen es negativa, por tanto su efecto, será negativo.

Pero si la acción tiene origen en la generosidad, bondad o conocimiento, el efecto será positivo.


 Y si no hay intención en la acción, por ejemplo comer, bostezar, caminar, dormir, estornudar... el efecto es neutro. 


Entonces la actividad mental genera karma, ya que incluye voluntad o intención, y es esa intención, la que define la acción.
Una vez que la acción es realizada, la intención se acumula en la mente, es decir, queda grabada. Y su consecuencia permanecerá latente, como una semilla, hasta que se reúnan las condiciones necesarias para manifestarse. Para materializar el efecto.
 Y es precisamente en ese tiempo que trascurre desde la causa hasta el efecto, el tiempo que tenemos para modelar el cambio que queramos producir. Es en ese tiempo donde se produce el aprendizaje y donde podemos cambiar las cosas para que éstas no vuelvan a experimentarse.



Espero que os haya gustado!!