viernes, 16 de noviembre de 2012

TÚ, EL EGO Y LA CONSCIENCIA 2ª PARTE

¿Cómo pudo ser posible que se llegara a esta situación, si la mente tan solo es una herramienta, un vehículo, un medio o estructura para la consecución de un fin?

La mente ciertamente es el arquitecto y el ego su obra, pero a falta de consciencia quien rige y toma las decisiones es el ego, y tú su esclavo.

Eres un ser desconectado de su identidad real. No sabes que tienes tu verdadero ser, y que este no es asunto de los demás. Es una experiencia que no conoces. Sin embargo es algo con lo que ya naces. Siempre te acompaña. Nadie la puede separar de ti, pero si ocultar. Has perdido la consciencia de “Tu Verdad”.

Entonces nos enfrentamos a la siguiente cuestión: Te hablo de que tienes dos pilotos (identidades) que gobiernan tu vida.

Uno de los pilotos (identidad) es un reflejo directo del ser, pero digamos que sufre de amnesia. Cuando aterriza no se acuerda de nada, no sabe nada y necesita experiencias que le refresquen la memoria.

El otro piloto (identidad) es fabricado por la sociedad donde te encuentras integrado. Te resulta familiar pero tiene limitaciones, te hace muy vulnerable y dependiente, altamente reactivo y adicto a los estímulos. Te frustra con frecuencia. Te mantiene tenso y con temores a perder algo. Te hace irritable siempre que las cosas no suceden como deseas. Pero necesario para vivenciar ciertas experiencias que ayuden al otro piloto a recordar quien es.


Cuando descubres que eres más que esa personalidad fabricada por la sociedad, cuando eres consciente de que puedes elegir…
Cuando el piloto consciente despierta reclama el control y el ego o piloto automático queda relegado del puesto de mando para ocuparse exclusivamente de las funciones que le son propias como piloto automático.

 El ego es nuestro piloto automático hasta que el piloto consciente está preparado para tomar el control. Una vez que se produce el cambio de gobierno, normalmente después de una crisis de identidad, el ego no desaparece, ocupa su lugar como el asistente o asesor perfecto.

El ego como asistente personal está dotado de un curriculum impresionante. Tal vez puedas trabajar con él. Aquí os dejo una serie de cualidades que posee para cumplir eficazmente como la herramienta que es.
 

·         Manejo y control absoluto de las funciones más básicas y elementales. Programación básica inicial en los instintos, vocación y talentos. Con capacidad de ampliarla y reprogramarse basándose en las necesidades que son comprendidas por él. O así interpretadas por él como tales.

·         Memoria completa. Alta velocidad de procesamiento de datos. Lenguaje binario para clasificar y manejar datos con mayor rapidez, basado en asociaciones y comparaciones. Graduaciones entre extremos, como blanco o negro y a cuál se aproxima más, pudiendo apartar por no encajar con nada de lo que conoce y clasificó. 

·         Gran capacidad de adaptación y versatilidad, basada en la comprensión de la necesidad de hacerlo. Pero la va perdiendo con los años. (Analogía con un cartílago que se va osificando); especialmente en estructuraciones mentales, emocionales y de conductas.

·         Honestidad y gran sentido de la responsabilidad en lo que es su competencia directa. Por eso le cuesta reconocer errores o confusiones, sobre todo cuanto más graves sean las consecuencias, por tamaño o por tiempo de cometerlas. Esto ocurre porque el ego “elige” desde su limitado criterio al menor entre dos males, para cumplir con el mandamiento interno y básico de mantener en el más óptimo estado posible al conjunto del ser.

·         Tesón y fortaleza descomunales en aquello que le importa por considerarlo básico. Lo cual le convierte en intransigente mientras no comprenda razones contrarias a su actitud.

 

Funciones propias del piloto automático

1.- Proteger, nutrir y mantener en óptimas condiciones al conjunto del ser, cuerpo y alma. En lo biológico y lo energético, como los ánimos o el sentido del humor.

2.- Perfeccionarse y progresar al máximo posible en conocimientos y habilidades. Automatizar respuestas y reacciones cada vez más complejas, o de diferentes áreas si ha de ampliar horizontes, pero centrándose en su ámbito, especialidad, vocación y talentos. Que son consensuados con el ser (superior, no el ser humano) y aprobados por el consciente.
 3.- No desviarse, en cuestiones que no interesan, de aquello que interpreta como objetivos. Comprueba constantemente el camino recorrido con las obras realizadas, necesita aprobación y aplauso.

4.- Anota toda información con la que entra en contacto y lleva registro detallado de todas las actividades y acontecimientos (memoria completa).Clasifica, ordena y archiva  en orden de importancia, por la carga emocional que conlleva.

5.- Complementar, ayudando y desligando de tareas al consciente (automatizando respuestas). 

6.- Avisa de necesidades y peligros. Tiene autoridad para amotinarse y relegar del mando al consciente, y tomar el mando en todo lo que considere peligroso o nocivo para la integridad o salud del conjunto o alguna de sus partes. Desde su entendimiento o interpretación de las cosas, obviamente.

El ego puede convertirse en tu mano derecha a la hora de vivir. Ya sabes que no eres el ego, eres mucho más que eso. Pero no podemos deshacernos de él, es imposible, forma parte inseparable de nosotros mientras habitamos el cuerpo de carne. Por tanto la mejor opción no es mantener una lucha de poder, sino redistribuir el poder de otra forma. Puede y debe guiar la consciencia, el tu que observa y se da cuenta. Pero la ejecución corre a cuenta del ego. Puesto que es más eficaz y se desenvuelve mejor en un mundo social. 

 Hagamos una comparación a modo de ejemplo para intentar entender como estamos estructurados:

El ser es el yo superior, eres el auténtico tu. Y tu asistente es el espíritu.

El espíritu construye una casa, el alma, desde la que trabaja dando soporte y estructura a los dictados del ser. Una de las estructuras que crea es la mente.

La mente crea al ego.

El ego permite al cuerpo la experiencia de las emociones.

Las emociones sentidas por el cuerpo transmiten la información de vuelta al ser.


Cuando en esta estructura conectamos la consciencia, el sistema se vuelve mucho más dinámico, capaz de fabricar y explorar las realidades mucho más eficazmente.
La consciencia es una línea directa con el ser. Nos permite manejarnos a nosotros mismos a la vez que nos permite tener una visión de conjunto. Una vez que la consciencia gobierna la mente, el ego se convierte en el asistente perfecto, aunque necesita supervisión y entendimiento constante para que no se rebele. Así las emociones experimentadas son entendidas no desde el ego, sino desde el ser...

(Algunas ideas han sido tomadas de Sawedal).

Ir a la 1ª parte de esta entrada:
Tú, el ego y la consciencia
Tú, el ego y la consciencia




miércoles, 14 de noviembre de 2012

TÚ, EL EGO Y LA CONSCIENCIA




No existe una clase de ego bueno, el ego siempre es ego, ni bueno, ni malo. Pero el ego es necesario. Es tan necesario que cuando nacemos en los primeros años de vida nos fabricamos uno, sin este ego no podríamos tomar decisiones, elegir, ser, entender,…, no podríamos crear la realidad. Así de necesario es. ¿Entonces el ego es bueno o malo para mí? Depende de cómo, cuando y para qué lo utilices. Es como todo, bien usado es una herramienta poderosa, mal usado puede destruir y hacer daño.

El ego es una estructura que pretende darnos soporte para poder interactuar y conocer el entorno. Es un sistema que sirve para cumplir un propósito: convertir la energía interna en experiencias.

Por lo tanto es la herramienta que enlaza dos mundos. El mundo del que venimos en el que somos solo energía. Y el mundo de la materia en el que la energía se encarna o materializa. Es el vehículo para que el ser pueda acceder a este plano dimensional.
El ego es el programa que te permite interactuar con el mundo de la forma y la materia.....
Se crea en las primeras experiencias infantiles. La mente crea una personalidad, fabrica un personaje, que no es quien somos, pero necesario para que al experimentarlo descubramos que somos más que eso.

¿Por qué es necesaria la conciencia?
¿Cuál es el problema con el ego?

Cuando se llega a un momento en el que se experimenta una crisis de personalidad donde uno se pregunta ¿Quién soy realmente?, o se reflexiona acerca de algo por lo que hemos estado sufriendo y nos preguntamos ¿Por qué?...

El ego es un producto de la mente, al igual que todo lo que experimentamos, como lo percibimos, lo que sentimos y lo que creemos ser.

Cuando la actividad mental vive a la deriva y no tiene una guía (consciencia) se convierte en un pozo sin fondo. Siempre nos empuja a desear más. Absorbe toda nuestra energía y nos debilita.
No olvidemos que el ego aunque se trate de un producto de la mente, es indispensable para materializar nuestra energía. Sin ego no hay punto de partida, carecemos de enfoque. Por lo que el ego solo se vuelve un problema cuando carece de comprensión.

La persona conforme se va desarrollando también define sus creencias, sus valores y principios que la gobiernan. Nadie se puede salir de esta dinámica. Nadie puede operar sin una identidad.
El ego es algo que no podemos dejar de usar nos da una estructura. El problema está cuando nos identificamos rígidamente con cierto tipo de roles que no están alineados con nuestro núcleo (con nuestro ser, con quienes somos).

Cualquier persona necesita contar con una personalidad para tomar consciencia de su existencia y posteriormente de su ser para poder alinear, equilibrar, centrar lo que siente,  piensa, dice y hace.
Siempre que alguien se perciba a sí mismo demandará una identidad.
 La mente no puede vivir sin dar sentido a la percepción de su presencia, Tu mente colapsaría. Por eso es necesario el ego.
 
El ego nos permite conocer nuestro entorno y a nosotros mismos, nos permite expresarnos y dar sentido al mundo que nos rodea.
En todo momento estás eligiendo y decidiendo crear y experimentar algún aspecto de tu identidad… Y son tus aparentes relaciones con los demás las que te permiten conocerte a ti mismo en tu propia experiencia. Una ilusión te hace creer que te relacionas con otros, pero esto no es posible... En todo momento te estás relacionando contigo mismo en presencia de otros.

La gran consciencia te revelará que todo daño recibido es auto infringido porque tú eres el origen de todo cuanto experimentas. Tu mundo físico se nutre de tus emociones. Porque tus emociones determinan como te expresas en la presencia de otros.

La mente es el creador, el ego su creación y las emociones su manifestación o expresión.
La mente y el ego están asociados y son gobernados por el alma. Recordamos que el alma es un gran archivo de información de experiencias que selecciona continuamente aquellas que le interesa manifestar. El alma recoge las emociones experimentadas y supervisa así su propio trabajo, pudiendo hacer los ajustes necesarios.

Cuantas veces has sentido que una canción, la presencia o mirada de alguien te transporta a un recuerdo de otra vida que tratas de reconocer.

Nunca dejas de asumir una identidad, un producto de la mente.  No puede dejar de sentir e identificarte con algo, pero si puedes comprender lo que sucede en tu interior para recuperar tu poder de elección.
El problema está en el valor y en la interpretación que damos a esas identidades. Cuanto más nos aferramos a una identidad más rígidos y menos flexibles somos para evolucionar y expresar al ser.

Vives en una prisión creada por la mente, ella se ha encargado de que parezca muy real, no tienes referencias, ni experiencias o percepciones que sostengan lo contrario. Solo conoces una cara de la moneda.

...Continuará en una segunda parte...