lunes, 10 de junio de 2013

La maestría del maestro

Se dice que en esta vida todos somos maestros y aprendices... que venimos a aprender y que cualquiera puede enseñarte algo que no sabías...
Asi que esta vida exige tener 2 maestrías si se me permite el juego de palabras, 1 la de se un buen maestro y 2 la de ser un buen aprendiz...El que domina ambas tendrá todas las herramientas necesarias para alcanzar el conocimiento necesario para hacer esto o aquello...
El maestro lo único que tiene son sus enseñanzas, y lo único que puede hacer es compartir o negarse a dar tal conocimiento. El conocimiento es poder. siempre ha sido así en todas las culturas, religiones,...el que tiene el conocimiento tiene el poder...
Por lo que cómo distinguir un maestro auténrico de uno falso, es muy simple: el falso te dirá que sabe y te cobrará por ello. Y el auténtico te mostrará la puerta, no te pedirá nada a cambio, tan solo que abras tu mente y tu corazón, no tu cartera.

Para el auténtico maestro la verdad es amor y los conocimientos que revela tan sólo son muestras de afecto. Cobrar por esto es como si un padre cobrase los consejos que le da en la vida a un hijo, sencillamente inaceptable.

El aprendiz también debe poseer ciertas cualidades que muestran su madurez,  no es fácil ser un buen aprendiz. Al igual que los maestros les graduamos entre auténcicos y falsos, a los estudiantes podemos calibrarlos entre maduros o inmaduros, para aprender según que cosas. Ya lo dice la frase. Cuando el aprendiz está preparado, aparece el maestro...

El inmaduro es aquel que finge aprender, cree que aprende o peor que ya sabe, no abre la mente y el corazón; y el conocimiento es oído, pero no entendido total o parcialmente, luego la información llega pero no es aprovechable para la persona. Se necesitará de más tiempo o de aprendizajes intermedios para lograr la madurez necesaria hasta llegar a convertir conocimiento en libertad.

El aprendiz que ha madurado y está preparado para adquirir un nuevo conocimiento, saber o habilidad, cae por su propia madurez. Simplemente cuando estás listo, se abre paso ante tí y te das cuenta, simplemente te das cuenta,...el maestro tal vez ni siquiera es percibido como tal. La respuesta ante tus ojos aparece como caída del cielo...llamalo como quieras, pero es la madurez del aprendiz lo que le precipita al concocimiento.