miércoles, 5 de septiembre de 2012

Experiencias Cercanas a la Muerte (E.C.M.)

La Ascensión al Empíreo, el Bosco

E.C.M. Experiencias cercanas a la muerte

La pregunta de que hay más allá de la muerte es trascendental en la vida de todo ser nacido. En un momento u otro de su vida, ya sea porque presencia o experimenta en su vida una muerte cercana, o sólo porque comprende que todo lo que nace un día morirá, se hace esta pregunta. ¿Que pasa cuando morimos? De algún modo sigues viviendo o te comen los gusanos y punto final.
No me cabe duda que las pruebas que nos aportan “los que regresan” son muy contundentes. Me refiero a esas personas declaradas clínicamente muertas que tras un periodo de tiempo regresan o son reanimadas y son capaces de contarnos donde estuvieron y lo que vieron, sintieron, oyeron…Coinciden en hablar de recuerdos, pensamientos y razonamientos, emociones  e  identidad.

Los científicos nos cuentan  que  se trata de meras alucinaciones causadas por la anoxia (carencia de oxígeno). Que el cerebro cuando se muere nos envía un cóctel químico que nos induce a estas experiencias alucinógenas.

Según uno de los principales investigadores de este fenómeno, el doctor en medicina y filosofía Raymond Moody, los pacientes que han asegurado vivir este tipo de fenómenos coinciden en un patrón general de varias fases consecutivas, aunque no todos completan este itinerario y muchos solo atraviesan por algunas:
  1. El paciente se siente flotar sobre su cuerpo y ve el lugar en el que se encontraba, (experiencia extra-corporal), e incluso oye la declaración de su propio fallecimiento y lo que dice la gente a su alrededor.
  2. Después, siente que entra o que atraviesa un oscuro túnel con una luz al final que suele describirse como hermosa, blanca o transparente; a veces hay paisajes, voces o música.
  3. El paciente pasa a ser espectador, no siente dolor ni molestias, sólo percibe bienestar y paz interior.
  4. Algunas personas, sin embargo, aseguran haber tenido experiencias terroríficas en el más allá, que podrían clasificarse del infierno.
  5. Familiares o amigos difuntos van a su encuentro.
  6. Se presenta una visión global, pero íntegra de lo vivido, como si viese “su película”; el modelo más ajustado para describirlo según los testimonios es como el de una sucesión de filminas de momentos sueltos de la vida, no necesariamente importantes.
  7. El sujeto se ve delante de un obstáculo, una puerta o un muro y toma conciencia de que aún no ha muerto, y aunque sigue sintiendo una paz y tranquilidad indescriptibles y acogedoras, se da cuenta, y también eso le indican sus acompañantes, de que debe volver.

Así que de algún modo, la conciencia, los recuerdos y todo lo que nos define y da identidad sobrevive a la muerte del cuerpo. Entonces podemos afirmar que después de la muerte del cuerpo hay vida para nosotros tal como somos. Desconectamos la conciencia en este cuerpo y la transferimos a otra realidad, en la que vivimos, cuando morimos a esta.

Se habrá dado cuenta el lector de que hay algunas experiencias no muy tranquilizadoras, esas llamadas terroríficas o infernales.

No se sabe con absoluta certeza que las produce, se puede especular con la idea de que si eres “bueno” vas al cielo y si eres “malo” al infierno. Pero es más frecuente el caso de que la experiencia comienza siendo terrorífica y en el transcurso vaya cambiando hasta finalizar como muy agradable. El sujeto que experimenta una ECM negativa siente miedo y a menudo describe escenarios desagradables o amenazantes. Como estar  rodeados por formas grotescas humanas y animales, escuchar a otra gente gemir de dolor,  ver o ser objeto de violencia (no dolor) y  contemplar algunos tipos de tortura. 
 Después, a medida que el episodio prosigue, se van convirtiendo en experiencias de tipo celestial.

Para terminar os voy a relatar 2 ECM que tienen en común que ambos proceden de un suicidio.


 
ECM de un chico de 29 años que toma somníferos y tienen una experiencia de tipo celestial. (DW de 29 años, diciembre 1984)

Vivía en soledad en un pequeño apartamento de Nebraska. Era cerca de fin de año. Un viernes por la noche recogí todas las cosas que necesitaba, escribí la habitual carta de despedida en la que les decía a todo el mundo que no eran culpables de mi suicidio y tome la mezcla que me mató.

Sabía que lo que tomaba me mataría. No fue un accidente.

Los somníferos me bloquearon. Mi respiración se volvió más lenta, podía escuchar como el latido de mi corazón era más pesado, luego pasó a ser errático. No estaba preocupado por nadie que me pudiera buscar demasiado pronto. Vivía solo y era un viernes por la noche.  No podía poner orden en mis pensamientos. Se activaban sin ningún propósito. Estaba demasiado relajado para preocuparme. Mis ojos se cerraron. No podía abrirlos. Dejé de intentarlo. Dejé de luchar. Dejé la vida.

Fallecí.

¿Muerte?

Había un sentimiento, un despertar de algo parecido a un diminuto "click", un tirón como el de un corcho, una liberación parecida a la fuerza despedida por un muelle, que se produjo en el momento en que yo moría. El cuerpo se separaba de mí o era yo quien lo dejaba ir.

Mi cuerpo estaba muerto. "Yo" estaba vivo. Mi cuerpo dejó de funcionar. El ser que yo soy, no.

Yo vivía.

¿Vida?

Estaba tranquilo; silencio absoluto. No había ningún ruido en el apartamento, en el vecindario, en la carretera, ni siquiera había ruidos en mi cuerpo - nada! Me gustaba eso, sentía tanta paz.

La oscuridad era absoluta a mi alrededor. En esta oscuridad todavía sentía más la plena paz del silencio. Me confundía el hecho de sentirme completo. También sabía que "yo" me estaba "moviendo" a través de esta pacifica oscuridad. No tenía la sensación del aire sobre mi piel, no tenía ninguna referencia, no sentía ningún sonido causado por el movimiento, pero sentía que me movía hacia alguna parte.

Intentaba comprender que era lo que me estaba pasando. "Yo" todavía era "yo". Yo estaba, aparentemente, vivo. No me podía ver a mi mismo. No pude levantar mi mano para ver si la veía, sin embargo yo era algo - Yo todavía me sentía a "mi mismo".

Probablemente no puedo explicarlo de una forma mejor que ésta. El descubrir que no estaba muerto, cuando me acababa de matar, me dejó confuso y sorprendido.

Un pensamiento vino a mí. Por un momento estuve muy triste por la idea de que mi hijo y mi madre se sintieran apenados por mi muerte. Lamentaba el dolor que mi muerte pudiera causar a mi familia.

Entonces algo cambió en mí. La tristeza se disipó y empecé a sentir una profunda paz y alegría. Era como si abandonara todas las preocupaciones y cuidados, que son una parte de nosotros, a través de nuestro cuerpo. Todo esto se marchó de mí.

Ya no importaba que cantidad del sufrimiento de mi vida era de mi creación y que cantidad fue creado por otros. Ninguno de los pensamientos de mi vida que yo creía que eran malos me afectaba. Intenté recordar aquellos hechos que me hicieron elegir la muerte, pero no pude sentir el dolor que me causaron. Era como soltar un gran peso tras mucho tiempo de sostenerlo, estaba liberado del dolor de cualquier cosa que me hubiera dañado alguna vez. Creo que ha sido el primer toque de Amor y Gracia que me ha alcanzado en mi vida.

Llegada

Al tiempo que todos estos sentimientos fluían a través de mi, vi en mi margen derecho un resplandor dorado, una luz en la oscuridad, como si fueran las luces de una ciudad en la noche. Iluminó mi camino. Brillaba con intensidad, justo allí para mí.

He dicho vi, sin embargo no tenía ojos. Es otra confusión con las palabras y conceptos que no puedo explicar bien aquí. No obstante, podía ver aquella luz dorada. Era como una vela detrás de una cortina de gasa. Atenuada, pero que contrastaba con la oscuridad, mostrado una viva brillantez.

Aquel efecto atenuador de la cortina desapareció. La luz era ahora intensa y centelleante. Tuve la impresión de pertenecer a aquello. No había miedo, tan solo curiosidad y anhelo.

Frente a mi apareció una apertura dentro de la luz dorada. En forma de un muro bajo, que corría delante de mí. Parecía un muro delimitador, no uno defensivo. Más allá de la apertura, por encima de la parte superior de la barrera, podía ver un ser inmenso, dorado y en forma de globo resplandeciente, que parecía ser el camino a seguir.

Había más globos resplandecientes, algunos pequeños, que proporcionaban su luz desde la distancia.  Algo a mi lado me desplazaba. No puedo imaginarme otra forma mejor de decirlo.

El encuentro

Ya no me encontraba cerca de la barrera. Ahora todo lo que podía ver era una enorme y brillante luz, la miré directamente, con curiosidad.
Descubrí que aquel globo de luz tan resplandeciente estaba vivo. Era un ser viviente, consciente, amoroso.

¡Éramos lo mismo! Ambos éramos seres vivos. Era enorme, amoroso y poderoso, fuerte y amable, todo ello al mismo tiempo. Cuando te encuentras con un humano tu sabes que es otro ser humano, independientemente de lo que el cuerpo parezca. De este ser tenía la impresión de que era humano, o parecido a mí, pero mucho más poderoso de lo que pudiera describir. Estaba fascinado por ello. Amor puro es lo que provenía de aquel ser.

La potencia del amor creado y radiado por aquel ser era una fuerza, tal y como la electricidad es una fuerza. La podía sentir radiando y alcanzando todo a su alrededor. Intento describirlo, pero no encuentro experiencias de mi vida con que compararlo de forma que pueda capturar la esencia de lo que se radiaba y de lo que yo sentía. No era  nada igual a cualquier cosa de este mundo.
Este ser lo sabía todo acerca de lo que yo había sido y me amaba. No tan sólo me amaba, sino que cualquier cosa que definía a mi ser, de forma única respecto a otros pedazos de la creación, era maravilloso para él. Amaba la forma en que yo había sido hecho, amaba el hecho de que nos encontráramos, me amaba con todo el amor que disponía. Su amor me sobrepasaba. Sabía que yo era precioso para él, como un tesoro. Yo era perfecto tal y como se suponía que debía ser y me amaba simplemente de esta forma.
Nada en mí necesitaba ser cambiado para que este ser me amara. Yo era perfecto a la vista de él, tal y como yo era.

Empezamos a comunicarnos cuando entendí que me estaba hablando. No fue con palabras habladas, sino con pensamientos completos, sin posibilidad alguna de malentendido.
Esta entidad inmensa y poderosa me hizo sentir cómo estar conmigo le daba sentido a su existencia.

Me vi a mi mismo como un ser de luz dorada y de amor.

Yo me amé por primera vez, vi la verdad de lo que yo era. Este es el significado de la gracia del Amor. Eres amado tal y como eres; no como deseas ser, no como deberías o podrías haber sido, no como cualquiera que te diga como debes ser, tan sólo por lo que ahora eres.
Era donde se suponía que debía estar, esta es la manera más cercana que se me ocurre de expresarlo. Este era el lugar perfecto donde podía existir, junto a este ser.

La Partida

Tenía que regresar, este no era mi momento.

No tenía elección en esto. No era una decisión que pudiera tomar. Era el poder de este ser el que me enviaba de regreso. Este ser tenía el poder de llevarme de regreso a la vida. Cualquier cosa que fuera, era una necesidad que estaba por encima de mi necesidad de evadirme de mi miseria temporal. Tenía que creer en ello. No había otra cosa entre nosotros salvo la verdad.
Estaba solo hecho de amor. Este ser tan solo podía hacer aquello que era más apropiado para mi, con todo su amor. Dañarme habría supuesto un daño para él mismo en una forma literal que no puedo explicar bien.
Tenía que marcharme, tenía que vivir. No había razón para darle una respuesta. Era lo que era.

Al contrario del tiempo que tardé en llegar a este lugar atravesando la oscuridad, esta vez no vi nada. Sencillamente estaba de vuelta. Sentí esto rápidamente. Estaba tosiendo y de vuelta en mi cuerpo. Mi cuerpo ya no estaba muerto.

De nuevo, vivo.

Vivo Otra Vez.



ECM que comienza siendo de tipo angustioso, infernal, para ir transformándose en una experiencia celestial. (C.R. de 37 años, 1993)

El envenenamiento produjo agotamiento, pérdida de audición, pérdida de las capacidades motoras hasta que  finalmente caí en la oscuridad. Inmediatamente descendí como si hubiese estado en un ascensor operando con  exceso de velocidad. Mi única sensación era la de ser llevada  hacia abajo en total oscuridad, total silencio. Cuando el descenso culminó, me encontré en el  más profundo y oscuro vacío que jamás había experimentado. Traté de ver pero no pude. Empecé a escuchar ruido y lo que escuché fue extremadamente perturbador y terminó siendo insoportable.

Conforme el ruido crecía en intensidad, me di cuenta que eran voces, las incontables voces de muchas, muchas almas, que no decían nada, solo sollozaban y se lamentaban. El clamor crecía a cada momento. Era insufrible. Tenía que irme de ese lugar pero ¿como?  No tenía cuerpo ni voz. Finalmente, grité lo más fuerte que pude desde alguna parte del fondo de mi espíritu. Escuché mi propia voz resonando una y otra vez, ¡DIOS AYUDAME!

Las voces angustiosas se desvanecieron y todo era pacífico. Pude ver nuevamente y me di cuenta que subía y que me estaba alejando de la Tierra.  En unos momentos había arribado a cierto destino y estaba confusa. Me preocupaba lo que me había sucedido, lo que le había pasado a mi cuerpo. Me encontré cara a cara con un grupo de gente que de alguna manera me resultaban conocidos. No pude percibir  sus rostros pero estaba segura  que los había conocido y los había amado en alguna parte, alguna vez. Uno de ellos parecía ser mi abuela pero como quiera que lo intentara, no lograba percibir su rostro. Les preguntaba con insistencia, estaba muy preocupada por lo que me había pasado. Los demás me dijeron que no me preocupara por ella (mi cuerpo, mi anterior yo). Me dijeron que estaba allí con ellos y que eso era todo lo que importaba.
Me dijeron que tenía que hablar con EL y señalaron a un hombre que se hallaba distante. Inmediatamente estuve en SU presencia y hablamos largamente. No escuchaba  su voz pero SUS pensamientos se transferían instantáneamente a mi consciencia y los míos a la de EL. Recuerdo haberle preguntado cómo había llegado yo ahí.  Me dijo que EL me había creado, que era su deseo que estuviese allí con EL. Le dije que el lugar era demasiado maravilloso y que sabía que no había hecho nada en mi vida para merecer estar en ese sitio maravilloso con EL. Una vez más, me dijo que EL había creado mi espíritu en el comienzo y que siempre había añorado que estuviese allí con EL!
Me hizo entender que me había creado y que me amaba muchísimo. Su espíritu pasó a través del mío con SU amor increíble. Caí en cuenta que el amor que acababa de experimentar de mi Creador no era como ninguno de los que había conocido en la Tierra, ni siquiera el de mi abuela que me amaba con toda el alma.
Su amor no se podía comparar con el que acababa de revelarme.
Sabía que tenía  las respuestas a todas las preguntas, así que empecé a preguntarle. "¿Por qué existe el mal?" Su respuesta: "Porque existe el bien".
Le pregunté que cómo podía ser que a cualesquiera, siendo lo que son, se les permitiera existir en este hogar de Dios. Me explicó que EL sabía todo sobre mi, que yo era quien era porque El mismo me había diseñado para ser exactamente, precisamente quien era y que cualquier cosa que fuera, seguía siendo Su creación.
Me preguntó si ya había tomado consciencia  de que estaba muerta. Dije: -"Bueno, si, supongo que estoy muerta." Le pedí:- "Por favor dime, cuando nosotros tus hijos empezamos a existir, ¿vivimos solamente una vez o vivimos una y otra vez?"

Dijo que era así. Me llevó a la entrada de un corredor. Nos quedamos de pie y miramos este largo corredor donde había millones y millones de puertas de salida. Hizo que me diera cuenta que había muchas elecciones disponibles para mi y que esa elección era precisamente la respuesta a la pregunta que había formulado. La elección corría por mi cuenta. Me hizo entender que podía permanecer donde estaba, que podía caminar por el corredor y elegir una puerta. Me dejó en claro  que elegir una puerta significaría mi salida del cielo y que nacería nuevamente del útero de alguna mujer en alguna parte de la Tierra. Le pregunté:-"Pero ¿cómo sé que puerta debo elegir? "Su respuesta fue meramente que la puerta que eligiera era mi elección. No podía revelar como sería aquella vida. Sería un misterio.

Le pregunté: -"¿Debemos  elegir otra puerta y vivir una y otra vez? Eso, de por sí, sería como el infierno para mí porque lo que había experimentado en gran parte había sido muy triste y angustioso. Me dijo que había gente que elegía volver una y otra vez. El no quiere que lo hagan. Quiere que se queden con EL pero entendía lo que sentían. Me explicó que cuando elegimos dejarlo, EL borra todos los recuerdos de las vidas pasadas porque no quiere angustiarnos. Es su intención que la vida sea buena para todos nosotros.

Luego me preguntó: -"Ahora, ¿Por qué querrías dejarme?" No recuerdo haber respondido. Me preguntó. "Ahora, ¿cómo sientes el estar muerta?" Le contesté que realmente no me importaba demasiado pero que lamentaba no haber tenido la oportunidad de despedirme de  mis padres.

Tomé consciencia a continuación  de que asombrosamente, extraordinariamente, sorprendentemente, estaba de regreso en mi viejo cuerpo sin darme cuenta que había hecho mi elección. Elegí dejar a mi todo-amor, todo-aceptación para venir a decir adiós a mis padres.
Aquí estaba otra vez en este mundo. Yo  ELEGI la vida que había trazado para mí. Es exactamente lo que obtuve, decirles adiós a mis padres. Y así sigue la historia. Mi papa murió cuatro años después. Todavía estoy despidiéndome de mi mama.




Una vez que el lector lee estos relatos o cualquiera de los miles de testimonios, puede llegar a sus propias conclusiones acerca de la existencia después de la muerte, y también qué determina el “cielo” o “infierno” en el que el ser fallecido se sumerge.

Mi opinión es que existe vida después de la muerte y el tipo de experiencias que “vivas” allí están determinadas por tu estado mental, el que tenías en vida, y el que te acompañó durante la muerte.

Una cosa es invariable después de una ECM, positiva o negativa, el sujeto vuelve transformado, no vuelve a ser la misma persona y con mucha frecuencia cambia de vida. La experiencia es tan sobrecogedora que se ven profundamente cambiados tanto en su psique como en las ideas acerca de cómo entienden la vida.


Animo a cualquiera que le interese a preguntar en su entorno y conocidos de confianza si alguna vez vieron la luz, tal vez alguien les cuente que tuvo una ECM…

Si alguien quiere relatarme su ECM es bienvenido y si os gusta el tema y queréis más, intentaremos una segunda parte.

4 comentarios:

  1. Muy buenas las ecms, muy interesantes.

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  2. Muy buenas las ecms, muy interesantes.

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  3. El infierno existe. Lo sé por experiencia personal.
    Si tú deseas conocerlo, sigue manteniendo tus frecuencias bajas,
    Tienes libre albeldrío para hacer lo que desees.

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Agradezco que comenteis mis entradas