Se definiría como la pérdida gradual de control del sujeto sobre sí mismo. El huésped (persona poseída) va perdiendo progresivamente el control, la voluntad y a veces la memoria cuando está poseída. A mayor grado de pérdida de control y voluntad del huésped mayor es el grado de posesión.
Lograr la posesión requiere tiempo e inteligencia, por tanto, puede poseerte cualquier entidad capaz de hacerlo. No sólo poseen los espíritus inferiores, de bajo astral y demonios; también desencarnados, fallecidos, seres de otras dimensiones,...incluso otra persona con programación mental. Tampoco es un fenómeno contínuo, sino que la entidad poseedora toma el control cuando quiere y no necesariamente todo el tiempo. Para comprender de una forma amplia el fenómeno hay que entender porqué una entidad quiere poseer:
Lograr la posesión requiere tiempo e inteligencia, por tanto, puede poseerte cualquier entidad capaz de hacerlo. No sólo poseen los espíritus inferiores, de bajo astral y demonios; también desencarnados, fallecidos, seres de otras dimensiones,...incluso otra persona con programación mental. Tampoco es un fenómeno contínuo, sino que la entidad poseedora toma el control cuando quiere y no necesariamente todo el tiempo. Para comprender de una forma amplia el fenómeno hay que entender porqué una entidad quiere poseer:
Porque encuentra descanso o algún tipo de alivio para sí mismo.
Porque el cuerpo está conectado al alma y al ser, y si puede controlar lo exterior, podrá controlar a la persona impidiendo su libertad de acción.
Hay 4 niveles de posesión según el grado de afectación sobre el huésped. Vamos a ver los distintos grados de posesión pero desde la perspectiva de ambas partes.
Hay 4 niveles de posesión según el grado de afectación sobre el huésped. Vamos a ver los distintos grados de posesión pero desde la perspectiva de ambas partes.
MANIFESTACIÓN
Entidad
La entidad poseedora se siente atraída por el huésped y trata de influenciarlo para conseguir conectar. Necesita encontrar puntos de conexión, anclarse o asirse y entrar en el interior del huésped. Intenta entierrarse u ocultarse en las capas o cuerpos del ser humano: emocional, mental, astral... y entra específicamente en la mente y en el sistema nervioso.
Estas influecias pueden ser en forma de sugerencias a la mente, falsificaciones y engaños o un falso guía para conseguir que confíes.
Huésped
Comienzan a aparecer una serie de manifestaciones en la vida del individuo por la presencia de esa entidad. Sonidos de pasos, voces, objetos... Fenómenos poltergeist, cosas que se mueven sin explicación o que desaparecen. Sensaciones de presencias o de que no se está solo, como si hubiera alguien o nos estuvieran observando, cambios bruscos de temperatura. Sensación de miedo o malestar. Sentir que alguien nos toca o nos llama. Todo ello sin causa racional que lo justifique.
Si solo ocurren estos fenómenos no quiere decir que haya posesión, sino que éstos son los síntomas de que una entidad nos ronda y como tal aparecen manifestaciones. Pero pudiera ser que no quiera poseernos y sólo comunicarse con nosotros de alguna forma. Sin embargo todas las posesiones comienzan aquí en la manifestación.
INFESTACIÓN
Entidad
Una vez que la entidad se nos ha manifestado, si se trata de una entidad que quiera poseernos comenzará a molestarnos. Tratará de influirnos mental y emocionalmente, de confundirnos o engañarnos haciendonos creer que esos pensamientos y emociones son nuestros, pero en realidad es la entidad quien manipula la mente del huésped. Esta es una falsificación del yo mediante sustitución.
En esta fase trata de anclarse al huésped, quiere influir en la persona hasta tomar el control de ella, mediante pensamientos admitidos en la mente, pasividad mental, falta de control mental o de razonamiento. Ausencia de la capacidad de decisión o de la voluntad.
Las acciones derivadas de los efectos de este control mental ceden a la entidad el terreno y es lo que le proporcina el asidero.
Huésped
La persona piensa todo el tiempo que es él mismo. No distingue entre los pensamientos propios y los que son inducidos. Tampoco se da cuenta de que los sentimientos que tiene no son los suyos.
Sabe que algo pasa pero no se da cuenta de qué es y busca explicaciones que justifiquen esos cambios. No obstante algunas alarmas deberian saltar, sobre todo, para un observador que conozca al huésped, y son una actitud de infalibilidad, antagonismo a la verdad, incapacidad de razonar o escuchar a los demás, intranquilidad o desasosiego y centelleo o leve pérdida de memoria.
Sabe que algo pasa pero no se da cuenta de qué es y busca explicaciones que justifiquen esos cambios. No obstante algunas alarmas deberian saltar, sobre todo, para un observador que conozca al huésped, y son una actitud de infalibilidad, antagonismo a la verdad, incapacidad de razonar o escuchar a los demás, intranquilidad o desasosiego y centelleo o leve pérdida de memoria.
OPRESIÓN
Entidad
La entidad comienza a afectar a la persona psicológica, física y emocionalmente. El huésped empieza a perder el control de los pensamientos y sentimientos que tiene. El acoso es asfixiante y no da tregua a su huésped que está exhausto y confundido. El objetivo es hacer que la víctima renuncie a la lucha o a la voluntad.
Obsesiona la mente del huésped con una idea dominante y recurrente, que destruye su paz y nubla su vida, o falsifica una experiencia que el huésped acepta sin cuestionar.
Huésped
El huésped empieza a sentirse como si tuviera doble personalidad. Porque el intruso se manifiesta esporádicamente, durante un determinado espacio de tiempo, como ataque o crisis, tras el cual se recupera y conserva la personalidad original. Es decir, pasada esa crisis se comporta y se siente natural y normal entre lo que se describen como episodios de crisis pero que realmente son períodos de manifestaciones del intruso.
Huésped
El huésped empieza a sentirse como si tuviera doble personalidad. Porque el intruso se manifiesta esporádicamente, durante un determinado espacio de tiempo, como ataque o crisis, tras el cual se recupera y conserva la personalidad original. Es decir, pasada esa crisis se comporta y se siente natural y normal entre lo que se describen como episodios de crisis pero que realmente son períodos de manifestaciones del intruso.
POSESIÓN
Entidad
El entidad ahora tiene el control sobre los pensamientos, emociones y la conducta del huésped. Cuando la posesión está totalmente desarrollada generalmente se reconoce porque otra inteligencia distinta oscurece la personalidad del huésped y habla a través de sus órganos vocales, con una voz alterada, que expresa pensamientos o palabras no intencionadas, o sólo parcialmente queridas por el sujeto.
La víctima es obligada a actuar de forma contraria a su carácter natural.
Y el cuerpo está gobernado por una energía extraña, los nervios y los músculos se retuercen en contorsiones, y convulsiones.
La víctima es obligada a actuar de forma contraria a su carácter natural.
Y el cuerpo está gobernado por una energía extraña, los nervios y los músculos se retuercen en contorsiones, y convulsiones.
Huésped
Ahora la manifestación es continua y la personalidad original del individuo está totalmente desvirtuada, y su lugar es suplantado por otra nueva personalidad totalmente desconocida. Cuando la víctima está siendo poseída por lo general se escucha una voz extraña, cambia la personalidad y el comportamiento incluso los rasos faciales, la expresión y el rostro es distinto.
Cuando cesa el ataque o posesión la persona siente una debilidad general, letargo mental y corporal, irritación, intranquilidad, impaciencia, incorregibilidad, pérdida de la capacidad de decisión, de visión moral o de equilibrio en el razonamiento, prejuicios sin razón, espíritu de división. O por el contrario excesivo optimismo o una exagerada opinión de sí mismo.
Finalmente aclarar que la parasitación y la posesión son 2 fenómenos distintos. Quien parasita está tratando de alimentarse, de obtener energía, mientras que quien posee quiere el dominio sobre los actos, pensamientos y la voluntad de la víctima.
Aquí dejo unos enlaces a otras entradas que complementan este tema.
Cuando cesa el ataque o posesión la persona siente una debilidad general, letargo mental y corporal, irritación, intranquilidad, impaciencia, incorregibilidad, pérdida de la capacidad de decisión, de visión moral o de equilibrio en el razonamiento, prejuicios sin razón, espíritu de división. O por el contrario excesivo optimismo o una exagerada opinión de sí mismo.
Finalmente aclarar que la parasitación y la posesión son 2 fenómenos distintos. Quien parasita está tratando de alimentarse, de obtener energía, mientras que quien posee quiere el dominio sobre los actos, pensamientos y la voluntad de la víctima.
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