Sin importar el camino que recorras,
cuál sea lo que buscas o lo que necesites, esta herramienta será muy útil. Para
todos los que practican o quieren practicar
La meditación
Es la práctica de un
estado de atención concentrada.
Un poco de teoría
La atención es estar
alerta.
Somos como robots autómatas ejecutando
nuestras rutinas. Te levantas y te preparas para ir a trabajar y no eres
consciente de lo que haces, funcionas en piloto automático. Tu atención está el
lo que pasó ayer, lo que harás luego, mañana, hablas contigo, piensas cosas que
nada tiene que ver con lo que haces. Como un autómata, tan solo reaccionas. Y
tu simplemente no estás atento a lo que estás haciendo en ese momento.
El cerebro funciona así: cuando no
sabías conducir y conducías con el profesor de la autoescuela, tu atención era
máxima. Era una alerta, nunca habías conducido, de hecho no sabes y ahí estás,
conduciendo. Ahora tú sabes conducir, no hay alerta, tu atención es mínima.
Cuando la mente normaliza un suceso,
normaliza es algo nuevo que se vuelve cotidiano, deja de prestar atención para funcionar
en piloto automático.
La atención es prestar atención a cada
momento. Estar atento en lo que haces, sientes y piensas a cada momento,
concentrado en lo que tienes ahora entre las manos.
La
concentración
Es el arte
de mantener tu mente en el lugar que conscientemente le destinas. Desarrollar
la concentración no sólo te ayudará a lograr una profunda meditación sino que
te permitirá utilizar tu mente más eficientemente.
Ejemplo:
Si estas viendo una flor, obsérvala,
sé consciente de que la observas, te recreas la vista en ella, la ves detalles,
no dejes que tu mente piense en la flor. Si la mente comienza a pensar en la
flor, verás que te distrae, no pensamientos, sólo observa la flor atentamente. Observa
como si nunca hubieras visto una, como si no supieras lo que es, como si
delante de ti de un momento a otro fuera a saltar o a cambiar de color. Eso es
atención concentrada, eres todo tú en el presente sin mente.
Sé que es muy difícil de mantener,
pero practicando todo se puede.
Si estás decidido a probar que puedes
estar y mantener un estado de atención, empieza a practicar ya.
Como
Hay 2 tipos de meditación: Pasiva y
Activa.
La meditación pasiva es la que se
desarrolla en una postura determinada en total inmovilidad y poder permitir que
nuestra mente, que esta en constante movimiento, se aquiete.
Eso solo es una forma de meditación.
La meditación es una función que ejecuta nuestro intelecto y como las demás funciones:
memoria, lógica,… puede emplearse en cualquier momento.
De ahí que llamemos activa a la que
desarrollamos durante nuestras actividades como al comer, al hablar, al
trabajar.
Para trabajar le meditación activa,
crea el hábito de preguntarte bastantes veces al día estas 3 preguntas:
¿Quien eres? Con esta pregunta
detectamos quien está diciendo esas cosas, yo o el autómata.
¿Dónde estás? Con esta localizamos
nuestro foco de atención, le preguntamos a la mente dónde está.
¿y que estás haciendo? Con esta
preguntamos obligamos a la mente a ser consciente, nos trae ese “darnos
cuenta”.
Te servirá para ayudarte a llevar la
atención al presente. Verás que al principio ni siquiera te acuerdas de hacerte
las preguntas. Luego según vayas descubriendo lo lejos que te vas del aquí y
ahora, empezarás a poner más atención y poco a poco habrás llegado a crear el hábito
de darte cuenta.
Ahora ya estás meditando, cada vez que
observas atentamente el aquí y ahora estás meditando.
El problema es la mente que no la
gusta nada eso de estarse quieta y callada, la aburre y la frustra, así que nos
ofrece resistencia. Cuanto más luchas para que no te distraiga, más te distrae.
Deja de luchar.
Ejemplo de cómo ignorar a la mente
Estás mirando un trocito de cielo
desde tu campo de visión, y un pájaro cruza por delante, pero no le sigues con
la mirada. Si consigue desconcéntrate, no pasa nada, vuelve a intentarlo.
Todas las técnicas son eficaces pero
ninguna es milagrosa, Cuando creamos el hábito de estar conscientes, (las 3
preguntas), es más fácil aquietar la mente, ya hemos aprendido a no seguir el
pájaro con la mirada.
Ahora que hemos aclarado un poco, que
meditar es una función del intelecto y hemos trabajado con la experiencia de
estar atentos y concentrados, vamos con la meditación del tipo pasiva.
Un poco de práctica
Busca un lugar tranquilo, en un
momento tranquilo, procurando que sea diariamente igual, para crear rutina.
Sentado o tumbado, relájate y respira
profundamente unas cuantas veces. Los ojos abiertos, cerrados o entreabiertos como más cómodo estés, inténtalo de varias formas, permítete cambiar. La meditación es ante todo una herramienta que nos proporciona ese "conócete a tí mismo" y la podemos divivir en 4 fases o niveles de ir hacia adentro.
La primera es fijar la mente en un solo objeto,
sonido, foto, luz, vela, esquina,…lo que sea. Eso no es importante, importa
fijar la mente en un solo objeto. Como
puede ser la respiración.
Cuando respires llena por completo los
pulmones y expulsa todo el aire, lleva tu atención concentrada a este
mecanismo. Observa que hay 2 momentos en los cuales ni inhalas ni exhalas,
observa cuando cambia de inhalación a exhalación y viceversa, siente como en esos
instantes no hay movimiento. Si mantienes tu atención concentrada aquí, te dará
la oportunidad de tener a la mente observando, alerta, callada y quieta. No
pienses en la respiración tan sólo observa atentamente. Esto permite que la
mente se calme y se vuelva hacia adentro.
Tu cuerpo se relaja, has de estar
cómodo. Es normal sentirse inquieto, tener hormigueos, picazones, cualquier
cosa que nos distraiga. No pasa nada enseña a tu cuerpo a no ser tan
caprichoso, si se te duerme un pie no te va a pasar nada, ignóralo, no vas a
perder una pierna por prestar atención durante unos minutos.
La segunda es cuando la primera fase se logra y
el flujo de pensamientos, visiones, sensaciones externas, etc, se detiene y empezamos
a deshacernos del contenido de nuestra mente inferior. Son los miedos, culpas,
heridas, todo lo que necesita ser “limpiado”.
En la tercera nuestra mente inferior ha sido totalmente explorada y empiezas a explorar la conciencia, la
verdadera meditación comienza ahora.
Se empieza a sentir una consciencia expandida,
una sensación de paz y tranquilidad muy parecidas a las que experimentamos
justo en los instantes antes de dormirnos, cuando estás a gusto y te dejas ir.
Ahora es muy fácil mantener tu mente ahí, es
el estado en donde la mente deja de esforzarse. Es la experiencia del Silencio Interior que genera un estado
de felicidad y paz indescriptibles.
Cuando llegamos a esta fase podemos sentir
muchas cosas; uno empieza a sentir que es parte de un todo, uno empieza a
sentirse relacionado con toda la existencia, uno es la existencia, todo se une
para formar una unidad, el tiempo y el espacio desaparecen con el sentido que
nosotros lo conocemos, todo es sólo consciencia.
Se empieza a oír dentro de tu cabeza
un zumbido, como de ruido blanco, es un sonido que proviene de tu interior y
que sólo ahora en calma y silencio eres capaz de apreciar. Ese sonido es el sonido
del universo, estás sintonizando la frecuencia del cosmos aunque no logres
captar ningún dial, estás escuchando todo lo que hay. En esta frecuencia empiezas
a sentir que formas parte del todo.
En la cuarta fase, ya no es fácil salir de este estado de
concentración, estamos profundamente sumergidos en nosotros mismos. Estamos absorbidos
y embriagados con lo que experimentamos. No hay sensación de cuerpo, ni del
lugar en el que estamos, somos capaces de vernos a nosotros mismos como algo
más que nuestro ego personal. Como una parte del todo.
Aquí decimos que tu consciencia ha
trascendido. Te has trascendido a ti mismo. Tu consciencia se ha unido a la consciencia
superior entonces es cuando la verdadera Consciencia del Ser es alcanzada.
Mediante el cultivo de la meditación
una persona puede alcanzar los niveles más profundos de la consciencia.
Alcanzado este punto no hay límites, tan sólo los que te auto-impongas. Podrá
ser capaz de conocer todo, incluso el pasado y el futuro.
En ese nivel de conocimiento la
persona no sólo residirá en el reino humano, sino también podrá viajar fuera
del cuerpo para visitar otros planos.
Al estar frente a alguien, esa persona
podrá ser capaz de conocer sus pensamientos y sentimientos, incluso podrá
captar asuntos de personas que no se encuentran cerca, ya que la visión, alcanzará
muy lejos. Por ejemplo, si sus padres viven en un lugar muy lejano, sólo con
concentrar la atención en ellos podrá observarlos. Al enfocar la audición hacia
una persona determinada podrá escuchar su voz…
La práctica de la meditación ha de ser
constante pero no continua. Es decir, durante el día procura practicar
meditación activa, las 3 preguntas. Mientras realizas las distintas actividades
del día.
Luego cuando llegue el momento de la
meditación pasiva no estés más de 20 o 30 minutos.
Si tienes poca práctica o te
cuesta mucho pasar del primer nivel, 5
minutos es más que suficiente para la mente. Por falta de costumbre la mente se
cansa, agota y agobia, no llegues a ese extremo, déjalo antes. Esto debe ser agradable,
nunca es una experiencia tediosa. Damos importancia a los logros, pero no se la
damos a los intentos. Poco a poco con la práctica podrás permanecer más tiempo
e ir alcanzando niveles más profundos de consciencia.
Se pueden sentir sensaciones
corporales tales como movimiento, vibración, sensación de elevación,
corrientes,… Es normal sentir miedo y
que eso nos frene. Tenemos miedo a lo desconocido sólo es eso.
También es normal que haya saltos. Un
día alcanzamos un estado de meditación muy profundo y después nos pasamos mucho
tiempo sin poder experimentarlo de nuevo.
Una pequeña advertencia, cuando
alcance el cuarto nivel, el más profundo sentirá que le cuesta volver y que a
veces, al volver, salta nuevamente a ese estado, y así sucesivamente va
alternando la consciencia normal con la profunda, sin poder controlarlo.
Sentirá miedo incluso, pero el miedo es desconocimiento. Lo que ocurre es que su
conciencia se ha ido muy lejos, muy adentro y necesita unos minutos para
volver. Si se asusta y quiere salir más deprisa de lo que puede, ocurre esta
especie de mareo.
Cuando esté en meditación profunda y
desee volver tan sólo quiera volver y tómese su tiempo, con calma, ya está
regresando, no se quedará por allí. Unos segundos después empezará a recuperar las sensaciones
de corporeidad, del entorno, sus sentidos le transmiten de nuevo. Tómese tiempo
para estirarse, sentirse bien y cuando quiera abra los ojos.
Con esto espero ayudaros en la
práctica de la meditación, ya me iréis contando…